jueves, 2 de julio de 2020

Robado en Abril

"Nos gustaba mirarnos porque al hacerlo creíamos ver algo más que la dulce sustancia que atrae a los amantes. Sentíamos el futuro, la sosegada esperanza del futuro, como si en los ojos del otro la verdad fuese la cosa más pura y visible. Veíamos nuestra vida como una secuencia más de todas las novelas que leímos, de todos esos films de los que nos sentíamos personajes secundarios y a su vez pintorescos y fundamentales, llenando todo de amor, de cigarrillos, de música,y del nihilismo que solo son capaces de masticar aquellos que secundan su vida al amor, al erotismo y a la sensualidad. - Te amo con locura- me dijiste tantas veces. Y para mi la locura también era eso. Amarnos. Sentarnos en el balcón de la casa de ningún lugar, abrigados por el frío, bastante borrachos, gastados, sucios de vida, creyendo que el aire, el cielo y el tiempo eran medidas para los otros, para ese mundo de luces y trenes y sonidos que nos rodeaban incapaces de penetrar nuestra perversa soledad. Nos deteníamos en cosas tan pequeñas hasta que nos sorprendía la noche, y vos te ibas a dormir, me dabas un beso en la boca, me sonrías, y yo me excusaba diciendo que tenía que escribir, me terminaba el vino y escribía poco, pero esos versos diminutos siempre hablaban de vos, porque no quería que nada deje de involucrarte sucesivamente. A la mañana te los leía y vos sonreías otra vez mientras nos tomábamos el primer sorbo de café desconociendo voluntariamente lo que el día nos deparaba. La vida podría haber sido para siempre así. Marchitarnos en esa bohemia insignificante y a su vez tan poderosa. Apagarnos en la nada que nos arrinconaba y a su vez nos fortalecía. Pero no llegamos. Nos alejamos mutuamente, recíprocamente. Nos dejamos marchitar menos por desidia que por revelación. Y ahora pienso que jugamos al amor, pero no, yo no estaba jugando. Y creo que vos tampoco. El dulce abrazo del insomnio me devuelve otra vez a la vida. Te escucho respirar. Me pregunto cuántas veces más voy a quedarme mirando como la noche se ríe tras la ventada mientras te escucho respirar. Me pregunto cuantas de esas veces voy a sentir la misma sensación de estar frente a un ser ajeno, desprotegido y distante. "

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