jueves, 2 de julio de 2020
Robado en Abril 2
¿Seré yo el bailarín? ¿Aquel rompehielos? Aunque duela, la verdad nunca miente. Pero si tuviese que preguntarme el motor que me impulsa a promulgar mis razones y mis verdades, no sabría responder más que con un levantar de hombros y una incógnita clavada en la frente. Hubo un día en que no fuimos los dueños de las preguntas. La verdad es un material de la comprensión. Si no se comprende se vive flotando. Me pregunto que es lo que uno dice cuando habla, que es lo que uno realmente quiere decir.
Miro este atardecer del amor como algo vivo y a su vez ausente. Veo hipocresía, pero es una hipocresía genuina y eso ya es mucho. Somos tan ciegos como los atardeceres.
Un aula vacía y misteriosa, ahí estoy yo. Un aula seca y fría, silenciosa, en donde puedo respirar con alguien o con algo. Quizá en los sueños más profundos, en el sentido práctico de la palabra sueños, seamos realmente capaces de no ser ni felices ni tristes, simplemente ser por una condición inherente a la acción. No recuerdo quien, quizá algún filosofo, dijo que ya no buscaba ser feliz, pues la felicidad en si misma no es nada si no va acompañada de un sentimiento trágico de la vida. (Seguramente estoy poniendo en boca de otro lo que quise decir sobre y para mi. Tal vez). "
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