Yo me recostaria con vos durante horas bajo el sol, sobre el verde pasto de un verano a punto de volverse otoño.
Cerraría mis ojos y sentiría los rayos del sol en mi rostro, pondría una de mis manos en tu cintura y te escucharía leerme cualquier libro que creas que un tonto como yo merece escuchar pero nunca leería.
Intentaría retener el sabor de cada palabra en su recorrido desde tus labios hasta mis oídos, intentaría atrapar esas frases por el sonido de tu voz y no por su significado.
Podría estar así horas eternas, hasta que nos bañé la noche con la luz de su luna creciente, y abrir mis ojos a las lejanas estrellas aún con mi mano sobre tu cuerpo, con tus palabras en mis oídos, con tu sonrisa entre mi boca.
Desearía no regresar de ese instante...